Bratislava Turismo - Todo sobre Bratislava
Descubran con nosotros una de las capitales más desconocidas de centro Europa. Bratislava es una ciudad cómoda de tamaño medio que cuenta con todas las ventajas de una capital europea. Situada a tan sólo unos 50 kilómetros de Viena es uno de esos pocos lugares que escapan al turismo masivo, manteniendo de este modo un carácter muy peculiar.
A pesar de ser la capital de uno de los países más jóvenes de Europa, cuenta con una gran riqueza histórica. Su estratégica situación geográfica le ha asegurado desde tiempos de la Gran Moravia un papel político y social decisivo dentro del marco político centro europeo.
Una corona dorada situada en lo alto de la catedral nos recuerda que Bratislava fue desde el año 1563 hasta el 1830 la ciudad de coronación del Imperio Austro- Húngaro. Hasta 19 reyes fueron coronados en la catedral de la antigua ciudad junto al Danubio.
Su legado histórico nos acompañará en nuestros paseos por el centro de la ciudad. El casco antiguo está formado por un sin número de palacios pertenecientes a la alta nobleza, conventos e iglesias de distintas épocas y callejas que siguen el trazado de la antigua muralla medieval pobladas por bodegas en las que disfrutar de los mejores vinos de la región.
La antigua Bratislava fue un lugar de encuentro de la cultura eslava, germana y húngara. Sus habitantes solían dominar estas tres lenguas formando un interesante mosaico cultural. Los restos de esta convivencia cultural son visibles hoy en día en cada rincón de la ciudad antigua.
Bratislava contó hasta la Segunda Guerra Mundial con una numerosa población judía. Desgraciadamente, a los horrores de la guerra se suman las barbaridades de la época comunista conviertiendo muchos lugares de la ciudad en monumentos dedicados a la reflexión y al recuerdo. Aún así su huella en la ciudad es innegable. Merece la pena visitar el lugar donde se situaba la mayor sinagoga de la ciudad que fue derruida para construir una autopista, o la tumba de Chatam Sofer, uno de los principales rabinos de centro Europa, que permaneció largo tiempo bajo los raíles del tranvía.
Desde el año 1919, Bratislava es la capital de la República Eslovaca. Tras la división de Checoslovaquia en el ano 1993, Bratislava se convirtió en sede del gobierno y centro económico y cultural de la joven República Eslovaca.
Aunque situada tan sólo a unos pocos kilómetros del denominado telón de acero, la ciudad cambió por completo durante la dictadura comunista. Un enorme barrio de bloques de hormigón llamado Petrzalka fue construido a orillas del Danubio, con el fin de alojar a los numerosos obreros requeridos por las industrias de los alrededores.
Hoy en día Bratislava es una ciudad dinámica de unos 430.000 habitantes que doblan su número entre estudiantes, extranjeros y empresarios que acuden con frecuencia a la capital.
Durante todo el año se dan cita todo tipo de festivales que promueven la cultura, el arte y la música. La ciudad dispone de numerosos museos, salas de exposiciones, galerías de arte y un gran número de teatros y salas de conciertos. En los mismos cafés del centro de la ciudad y en los centros culturales de cada barrio se organizan exposiciones temporales de fotografía y pintura que muestran las obras tanto de jovenes artistas locales, como de consagrados artistas internacionales.
El Teatro Nacional Eslovaco merece una mención especial, ya que ofrece un rico programa diario de óperas, balet y obras de teatro de la mejor de calidad a un precio aún asequible.
En el casco antiguo encontramos agradables restaurantes en los que disfrutar de la cocina típica del país y de las recetas tradicionales de la antigua Bratislava. Las callejas del centro esconden en sus patios bodegas y cervecerías. Casi cada rincón de la ciudad aloja una cafetería o salón de té de cuidado diseno. En verano las calles se llenan de terrazas, siendo el lugar preferido por los habitantes de la ciudad para disfrutar del buen tiempo.
Bratislava está situada a orillas del río Danubio a medio camino entre Praga y Budapest. Cuenta con un aeropuerto propio al que vuelan numerosas companías de bajo coste y la cercanía del aeropuerto de Viena-Schwechat asegura la comunicación con cualquier punto del mundo.
Los alrededores de la ciudad son un lugar excelente para realizar pequeñas excursiones organizadas en minibús o a pie. Los Pequeños Cárpatos, las cercanas regiones vinícolas, los lagos en los que bañarse y los espectaculares castillos medievales son sólo una parte de sus muchos atractivos.
Déjese seducir por una ciudad que mantiene vivo el pulso de la vieja Europa acogiendo con gusto las nuevas tendencias y modas en un ambiente relejado perfecto para disfrutar de unas vacaciones.